Los servicios son esencialmente intangibles. Con
frecuencia no es posible gustar, sentir, ver, oír u oler
los servicios antes de comprarlos. Se pueden buscar de antemano
opiniones y actitudes; una
compra repetida puede descansar en experiencias previas, al cliente se le
puede dar algo tangible para representar el servicio, pero a la
larga la compra de un servicio es la adquisición de algo
intangible.
De lo anterior se deduce que la intangibilidad es la
características definitiva que distingue productos de
servicios y que intangibilidad significa tanto algo palpable como
algo mental. Estos dos aspectos explican algunas de las
características que separan el marketing del producto del
de servicios.