El posicionar correctamente un servicio en el mercado
consiste en hacerlo más deseable, compatible, aceptable y
relevante para el segmento meta, diferenciándolo del
ofrecido por la competencia; es
decir, ofrecer un servicio que sea efectivamente percibido como
"único" por los clientes.
Un servicio, al estar bien posicionado, hace que el
segmento lo identifique perfectamente con una serie de deseos y
necesidades en su propia escala de valor,
haciendo que el grado de lealtad del mismo sea mayor y más
fuerte respecto a los ofrecidos por los competidores.